Estas micro-intervenciones pretenden intensificar la experiencia lúdica del espacio urbano y con sus elementos. En general, son dispositivos o plug-ins que se añaden al mobiliario urbano o a diferentes elementos urbanos a través de varias estrategias:
Por un lado, adecuan los elementos urbanos a la escala de la infancia (escalerillas para llegar a las papeleras, escalones y rampas que permiten subir y sentarse en los bancos, etc).
Por otra, la transgresión lúdica de algunos elementos como los tutores de los árboles, los alcorques, los aparcabicis, las postas de las señales o las farolas.
Por otra, la utilización de elementos vacíos o infrautilizados como son los alcorques o las jardineras, muchas de ellas vacías.
También aparecen elementos exentos que fomentan las interacciones y acciones espontáneas observadas (saltar, escalar, tocar, dar vueltas, botar, agacharse, esconderse, hacer ruido,…), o que posibilitan el juego con elementos naturales (agua, paja de arroz, hojas, arena, etc.).
Igualmente, se han utilizado plantillas para pintar varios elementos por todo el barrio.
Todas estas intervenciones, además, señalan a las personas adultas que la ciudad puede ser habitada de otro modo, tomando conciencia de las necesidades de la chavalería. Los hacen parar, esperar, permitiendo que esta ciudad más jugable sea efectivamente jugada.